martes, 22 de septiembre de 2009
Alguien se me adelantó y lo escribió antes que yo. Bueno, no coincidimos en que yo no veo a ningún terapeuta aunque sí he visto a uno. Era una, y estaba guapa. De hecho, se parecía mucho a C. mi mejor amiga durante la universidad, que también es la mar de guapa y con la edad se ha puesto bien richardita. Cuando mi terapista me daba un abrazo al final de la sesión, lo hacía muy intensamente, tanto que me ponía un poco erectón. Ella, por compasión, no se quitaba. Ojalá todos tuviéramos terapeutas como ella.
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